Irresponsables al volante

En teoría, el fin último de la tecnología es lograr mecanismos e instrumentos al servicio del bienestar, salud, educación, esparcimiento, seguridad y desarrollo de las personas. Sin embargo, en la práctica, ésta dinámica no siempre impera.

Abundan efectos nocivos por el mal uso y abuso de las tecnologías, que nos ponen en constante peligro. Los teléfonos móviles, celulares o dispositivos inteligentes representan uno de los ejemplos más evidentes de esta problemática. Si bien constituyen uno de los inventos más multifuncionales, también son motivo de preocupación por su uso adictivo, su impacto distractor y las graves consecuencias para la salud asociadas a accidentes y muertes con motivo del tránsito de vehículos.

Todo conductor es una potencial fuente de peligro al ir conduciendo e interactuando simultáneamente con su teléfono móvil. Más que estar atentos a los semáforos, peatones, señales de tránsito y otros vehículos, los conductores lo están a su WhatsApp, Facebook, Periscope o cualquier otro chat o app. Las ansias distractoras son insaciables y pocos escapan a la tentación de la pantalla digital.

Desde el 2011, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió en su reporte “Uso del celular al volante: un problema creciente de distracción del conductor”, que la atención al contestar una llamada o revisar la pantalla del móvil se asocia a un riesgo cuatro veces mayor de sufrir un accidente. Esta estimación es confirmada por el Consejo Nacional de Prevención de Accidentes, a cargo de la doctora Martha Cecilia Híjar.

Hace casi 15 años, Nueva York se convirtió en el primer estado de la Unión Americana y del mundo en prohibir el uso de celulares al momento de conducir un vehículo automotor. A pesar de sus detractores, la restricción se replicó en numerosas localidades estadounidenses y del planeta. En México, donde cada año mueren más de 16,000 personas por accidentes de tránsito y donde ocho de cada 10 percances son causados por errores humanos como el uso de dispositivos móviles, ya se encendieron luces de alerta. Incluso, la Cruz Roja Mexicana, presidida por Fernando Suinaga Cárdenas, advirtió a finales del año pasado que los celulares ya superan al alcohol como la principal causa de accidentes viales.

La ciudad de México (CDMX), en su Reglamento de Tránsito Metropolitano, impuso la prohibición de usar teléfonos celulares o equipos personales que alteran la conducción segura, incrementando las sanciones; sin embargo, pocas multas ocurren y los conductores insisten en textear y hablar por teléfono mientras manejan. Monterrey es otra metrópoli que intenta combatir el texting al volante, pero también sin buenos resultados.

AUTOPUESTA EN PELIGRO

El diputado del PRI, Juan Isidro del Bosque, promueve una iniciativa para reformar los artículos 11 y 73 de la Constitución a fin de facultar al Congreso de la Unión para legislar en materia de seguridad y tránsito. Advierte que de no haber mayor prevención, en el año 2020 habrá 20,000 muertes por accidentes en México. Es increíble que no exista motivación para que los conductores asuman su responsabilidad ciudadana ni capacidad policiaca para prevenir o sancionar este peligro.